La dualidad es polaridad, es energía, y su propósito es mostrarnos la realidad del libre albedrío. No hay imposiciones, simplemente es parte de las experiencias que vive el ser humano. Experimentamos a través de la dualidad la comparación de los opuestos, las dos caras de la moneda y dependiendo de nuestra preferencia tomaremos decisiones.
La dualidad esta impresa en el ser humano, debemos convivir con ella y aceptar esas dos partes existentes, buscando siempre el equilibrio, es nuestra responsabilidad evitar los extremos. De acuerdo como quieras llevar tu proceso de vida sabrás escoger,
pues debemos reconocer que toda acción genera una reacción, las malas decisiones podrían llevarnos a un punto sin retorno.
Transitar entre ambas energías, aceptando las dos partes de la vida, es parte de nuestro proceso de crecimiento y evolución individual, no se trata de ser ni bueno, ni malo, es simplemente ser consciente de la realidad que evita los extremos.
Sin dualidad la vida no tendría el mismo sentido, necesitamos ver otra realidad para valorar lo que tenemos o lo que queremos. La dualidad se vuelve divertida cuando escogemos en función DE LOS VALORES DEL BUEN VIVIR.
Con Amor,
Patricia Arceneaux